Revisión anual. Cuando las cosas no van bien

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Este es el último post del año dedicado a mi revisión anual. En años anteriores te he propuesto como hacer una valoración de tu ejercicio y de tus valores pero este año va a variar un poco.

Este año he protagonizado lo que se conoce como una caída del vagón en toda regla. Mis proyectos personales, mi plan de consecución de metas se ha ido a pique!

Creo que tal vez positivo para mí y para ti hablar sobre el tema. Admitir y hablar sobre los errores de uno, sobre todo si son a «lo grande», puede ser una cura de humildad que acabe aportando algo positivo.

Las prioridades se tienen o no

Me aparté del trabajo por objetivos, lo de fijarme una meta ambiciosa y dedicar mi atención a alcanzarla con las renuncias implícitas a cuestiones menos importantes. Consideré que hacerlo me empobrecía.

En su lugar incorporé una nueva lista en mi sistema, una lista de objetivos con metas menos ambiciosas pero más diversas que servía como filtro para mi actividad. Un filtro de calidad sobre lo que dejaba entrar a mi lista de próximas acciones con objetivo de ser más selectivo, y dedicar atención sólo a lo que vale la pena.

Es mi primer año gestionando mi medio-largo plazo de esta forma y el resultado ha sido más bien pobre. He alcanzado metas de rango menor, dejando de lado las que representaban un mayor desafío.

«Un cambio en el sistema no sirve para resolver aspectos en el ámbito del comportamiento o la gestión emocional»

Los objetivos de mayor peso obligan a cambiar hábitos y dinámicas en la vida de uno.

Me propuse iniciar un programa de formación online para reciclarme como programador. Sabía que debería dedicarle un tiempo considerable y por tanto renunciar a algunas de las actividades que llevo a cabo.

Es aquello de: «Las prioridades no se establecen, simplemente es tienen»

Pues durante el último año mis prioridades han sido otras que las que anoté en mi lista de objetivos. Mantener mi estilo de vida y no modificar en exceso mi tiempo de ocio ha pesado más que el valor de los resultados a alcanzar.

La cuestión es que he acabado con una lista de logros modesta y otra de renuncias que da para sentarse a pensar un rato.

Porque no ha ido bien

Una cosa son las intenciones, otra materializarlas en acciones y otra de diferente obtener resultados.

Usaré como ejemplo tipo mi proyecto personal para reciclarme como profesional de las TIC. Intentaré desglosar los puntos que han ayudado a descarrilar mi meta hundidome en la miseria:

  1. No dedicar tiempo a buscar la motivación real detrás de cada proyecto ni el valor que me aporta. Durante las revisiones semanales y los momentos de desmotivación ayuda a recargar las pilas.
  2. No comprender la carga oculta que comportan. Ni en actividad ni en coste de tiempo, por no hablar de cambios de rutina y otros costes ocultos. Anotar en mi lista Reciclarse como profesional TIC, y realizar un breve esquema de lo que «debo» hacer para estimar lo que me va a costar es una simple carta a los reyes magos.
  3. Tarde y mal. Empezar tarde – finales de febrero – y agobiado por todo lo que se me venía encima al darme cuenta de la carga de trabajo que suponia. Un error de principiante que se tradujo en un dispendio de energía y en frustración. Algo absurdo, gratuito que me dejo tocado.
  4. Me he caído del vagón. Me da vergüenza admitirlo pero durante este último año abandone mi sistema GTD durante varias semanas. Perdí la motivación por mis proyectos personales, todo lo que manejo con GTD, y Si no lo dedico atención ¿porque dedicársela a mi sistema?

«Sin sistema deja de haber orden, pierdo claridad y los proyectos dejan de avanzar»

Cada objetivo, cada proyecto, puede ser un compartimento aislado de nuestra actividad. Uno puede no depender del otro, pudiéndose desarrollar en paralelo. Pero los éxitos, así como los fracasos, repercuten a nivel de motivación y en confianza de uno, dejándose notar en la ejecución del resto.

Otra de las dificultades a superar al alcanzar una meta son las relacionadas con las limitaciones que nos hemos impuesto a nivel de creencias. Nos cuesta tanto hacer según qué pasos que preferimos dejar de lado la actividad por ser excesivamente incomoda, porque no nos vemos en corazón de dar ese paso al vacío necesario para lograr lo que perseguimos.

Quería mencionarlo como nota a pie de página al ser una situación recurrente. Cosas intrascendentes para muchos se convierten en un reto más que importante para mí. Al aparcarlos, lastran y condicionan.

Persistir y aplicar correcciones

He conseguido volver a poner en marcha mi sistema GTD. Siguiendo sus pasos y rutinas pondré en orden mi actividad y me centrará.

Continuaré con mi lista de objetivos para filtrar la actividad que entra en mi lista de proyectos y de próximas acciones. Se integra a la perfección en mi sistema GTD, aunque necesito persistir y aplicar correcciones:

Definir las grandes cuestiones. Confeccionar una lista con todo lo que me planteo y asignar un peso en importancia y carga de trabajo. Eliminaré las declaraciones de intenciones y destacaré los temas que considero troncales.

Volver a utilizar la planificación natural. Cada proyecto esconde un propósito que condicionará las decisiones posteriores. ¿Qué pasa si detrás de la decisión de reciclarme hay  otra cosa como el anhelo para redescubrir el placer de programar? De volver a encontrar la pasión tenía cuando empecé a trabajar en esto.

¿Bastará con un curso en Coursera para convertirme en desarrollador web o me ayudaría más dedicarme a campos más atractivos pero desconectados de la mi rol actual como el blockchain o el machine learning? Definir correctamente el propósito lo cambia todo.

La planificación natural me ayudará a desgranar toda las actividades a realizar para hacerme una idea de la carga de trabajo que implican.

Tomar decisiones y no dejar que los proyectos se pudran. Me refiero a hacer una revisión semanal y afrontar los problemas en el progreso de mis proyectos, planteándome porque no avanzan y obligarme a aplicar correcciones.

Esto de por sí ya es un mundo en sí mismo. ¿Seré capaz de superar la falta de motivación del momento? ¿Podré replantear proyectos o acciones que se estanquen? Vencer en las pequeñas batallas asegura la fluidez de la actividad y que se mantenga la motivación para alcanzar resultados relevantes.

¿Qué os ha parecido este post? A nivel de resultados el año ha sido un desastre.

Creo que mostrar «lo malo» de cada uno da una imagen más ajustada a la realidad. Escribir sobre eficacia y efectividad no tiene que convertirte en un experto en la materia. 

En cierto modo he olvidado las bases, planificación natural, revisar… y eso se paga.

Espero que tu año haya sido más positivo que el mío y si no es así espero que el próximo mejore. Os invito a compartir vuestras experiencias sobre el desarrollo de vuestras metas (tanto en positivo como en negativo) en la sección de comentarios.

Photo by Patrick Hendry on Unsplash

Enlaces complementarios al post

Como realizo mi revisión anual (Clic aquí)

La revisión anual que realizo la inspira el autor James Clear. Clic aquí para acceder a sus revisiones anuales

Cómo realizar una planificación natural (Clic aquí)

Porque volver a incorporar objetivos en lugar de continuar confeccionando una forma de trabajar el largo plazo? El post de Nat Ellison sobre el tema me hizo replantearme mi posición: Los sistemas sin metas conducen a la mediocridad (Clic aquí)