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El tiempo estructurado me da la vida. Organizar mis acciones, tener claras mis responsabilidades y en definitiva reflexionar sobre lo que debo hacer ha aumentado mi calidad de vida.

No hablo de la mejora de resultados. Desde que empecé hace … los años que sea … a preocuparme por este tipo de cuestiones, las cosas han ido a más. He experimentado un aumento de mi ancho de banda al resolver y en la calidad de los resultados obtenidos.

Continúo conviviendo con mis miserias. Procrastinitzación, resultados obtenidos con un nivel de calidad insuficiente, esfuerzos perdidos o sin continuidad por falta de visión …

Pero hay un área de mi vida que no cuenta con este tipo de ventajas. El ocio y el tiempo libre no tiene el toque de gracia que si he dado a «el trabajo». A día de hoy no cuento ni con el que, ni el cómo, ni el porqué.

Puedes cambiar la forma de ser a través de los hábitos y las acciones, por eso la productividad es tan poderosa – @davidtorne Clic para tuitear

Antes de que me etiquetéis como  «psicópata del GTD» o «obseso de la productividad personal» por querer llevar orden, repito, sólo un poco de orden y reflexión a mi tiempo libre, dejadme daros una poco de contexto.

En primer lugar, soy una persona que siempre he dado más importancia al trabajo  que a todo lo demás.

Segundo, siempre me he relacionado mejor con las máquinas que con las personas.

Soy programador. Me he realizado a través de programación, los ordenadores y de la tecnología. Para mí la pasión siempre implica tener una pantalla delante. Una pasión transformada en propósito y en profesión. En el camino he orillado el resto.

«Nunca he dedicado a mi tiempo libre la atención ni la dedicación que ha tenido el trabajo»

Creando una visión

¿Cuál es mi visión? Crear alternativas de ocio alejadas de las pantallas y la tecnología. Dar más peso a las interacciones personales que a las virtuales. Aumentar la calidad de mi tiempo libre y la capacidad para socializar.

¿Cuál es el propósito de todo esto? En el fondo quiero cambiar mi forma de ser. Quiero hacerlo cambiando lo que haya y creando nuevos hábitos. Dejar de ser una persona sin gusto por las actividades sociales y al aire libre.

«Cambiar la forma de ser» es una aspiración mayúscula, va mucho más allá que cambiar rutinas.

Sigo pensando que tus hábitos te definen. De la misma forma que lo que crees marca lo que piensas y lo que acabas haciendo, creo que se puede cambiar el ciclo a la inversa. Cambiando lo que haces puedes cambiar lo que piensas y lo que crees.

Pasar a la acción

Planificar no sirve de nada si no somos capaces de convertir la idea en realidad.

Para dar peso a esta nueva ola de cambios debo abrirles la puerta de mi sistema. En mi sistema GTD debe de poblarse de ideas y actividades relativas a este tipo de ocio.

Ya dispongo de áreas de responsabilidad por la familia, los amigos y para el ocio pero están prácticamente desiertas. La multitud de intentos de deshacer la línea que separa la vida personal y profesional siempre ha terminado en proclamas y brindis al sol.

  • Rutinas de desconexión el fin de semana. Crear periodos sin conexión, sin pantallas, para dedicarse a otras actividades.
  • Fijar me como objetivo participar en actividades que impliquen un componente social y de aire libre.

Ambos puntos son específicos, medibles y accionables de tal manera que puedo ir revisando su evolución mensualmente y dar un golpe de timón si es necesario.

Empezar. Establecer espacios donde no haré uso de la tecnología, acomodándome a actividades como la lectura o escribir sobre papel y empezar a buscar actividades a realizar al aire libre.

Dar visibilidad dará paso a abrirme a actividades con grupos, como encontrar algo que hacer Pasar a la acción.

Dar visibilidad dará paso a abrirme a actividades con grupos, como encontrar algo que hacer con grupos/asociaciones locales, lo que implicará adaptar por completo mis rutinas del fin de semana. Una nueva capa de fricción y dificultad.

Hay trabajo desde el verano pasado. He convertido la búsqueda de actividades en grupo en una prioridad. Antes del confinamiento ya contaba con algún éxito y algún fracaso.

En retomarlo me he decidido a normalizarlo. Incorporarlo como una parte más de mi vida. Lo hago supervisado por alguien. Una profesional con quien mantengo encuentros periódicos y reviso mi actividad.

En parte se alimenta de la lectura del libro Minimalismo Digital de Carl Newport donde se nos invita a buscar actividades con sentido y profundidad. Una profundidad que me perdido al sustituir el ocio de toda la vida para actividades vacías relacionadas con la tecnología.

Quizás este es el momento para releerlo.

Si alguien quiere hacerme llegar sus sugerencias sobre qué hacer, sobre todo si es de la ciudad de Lleida o alrededores y me quiere proponer asuntos concretos, le estaré agradecido.

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