Imagen vía slimninja bajo licencia Creative Commons
Uno de los objetivos de los métodos productivos es sacar el máximo partido a nuestro tiempo. Ya sea trabajando, o en cualquier área de nuestra vida, hemos de contar con una planificación previa a seguir durante nuestra jornada. Pero que pasa cuando disponemos de un agujero de 10-15 minutos –muchas veces imprevisto– que no podemos llenar con ninguna tarea, porque todas las próximas acciones son demasiado extensas para terminarlas en un tiempo tan reducido? Puede parecer algo exagerado querer controlar hasta el último minuto de nuestro día, pero para ser realmente eficiente debemos aprovechar estos tiempos muertos. Cada una de ellos es una grieta por donde se escapa nuestra eficiencia en forma de tiempo desperdiciado, y interrupción de nuestra concentración. A continuación comento como aprovecharlos a través de la gestión de pequeñas tareas.