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Segundo post de la serie Nuevos profesionales, nuevas profesiones. En esta ocasión con un amigo, consultor y experto en productividad personal que nos explica su paso del mundo de la edificación al de la formación y consultoría. Un cambio radical.
Antonio José Masiá es consultor artesano en efectividad centrada en las personas y autor del blog Cambiando Creencias en el que habla sobre efectividad personal y organizativa.
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Antonio José Masiá y yo nos conocimos hace años, durante las primeras jornadas GTD®. En ellas me comentaste cómo GTD® había cambiado tu vida ayudándote a lidiar con el estrés. ¿Podrías comentar a los lectores cómo fue ese proceso? ¿Cuál fue el mayor cambio, o el más determinante, entre el antes y el después?
Toda mi primera etapa profesional la dediqué al sector de la edificación, desarrollando distintos tipos de actividades y responsabilidades vinculadas al sector. Mis niveles de estrés llegaron a ser tales en pleno boom económico, que a primeros de 2007 mi cuerpo me dió un aviso serio.
Sufrí un trauma acústico que se tradujo en un tinnitus continuo que borró del mapa uno de los tesoros más preciados por mí: el silencio. Para colmo, conforme pasaban los meses, mi estrés fue en aumento tras ir comprobando que el problema no tenía solución médica y que la única posibilidad era el reentrenamiento de mi cerebro para conseguir con el tiempo obviar el problema. Sin duda alguna el estrés fue el detonante de todo, lo que hizo que tomara conciencia de la importancia que tendría aprender a controlarlo.
Aquella situación supuso un punto de inflexión en mi vida. Por aquella fecha ya había leído algo sobre temas de productividad siempre encaminados a mejorar mi trabajo, y fue un día haciendo elíptica en el gimnasio, escuchando un podcast sobre programación, cuando escuché hablar por primera vez de GTD®. Me quedé prendado de las bondades que prometía la persona que compartía su experiencia, así es que sin dudarlo compré «Organizate con eficacia», primer libro de David Allen, devorándolo en una primera lectura en un fin de semana. Eso lo cambió todo.
El proceso fue largo, aproximadamente dos años. Cada tres ó cuatro meses me solía caer del caballo, como dice el propio Allen. Con el tiempo he podido comprobar que la consecuencia de tanto fracaso estaba fundamentalmente en el proceso de implantación que propone el propio David Allen, te encierras un fin de semana y lo montas todo de golpe. ¿Qué ocurre? Pues que como te faltan el 99% de los hábitos, al poco tiempo fallas y abandonas. A día de hoy en los talleres que facilitamos en OPTIMA LAB para ayudar a las personas y organizaciones a ser más efectivas, recomendamos seguir un proceso simple basado en la incorporación de hábitos de forma progresiva. Según mi propia experiencia, consigues ir afianzando hábitos a la vez que ganas nuevas rutinas efectivas.
Al margen de un montón de beneficios colaterales, diría que comenzar a usar GTD® me llevó a dos cambios importantes. En primer lugar, a desarrollar la capacidad de controlar el estrés continuo, y por otro lado el aumento inminente de la creatividad que me ha llevado a día de hoy a tomar caminos diferentes tanto en lo personal como en lo profesional.
Hace unos años trabajabas en el mundo de la construcción y ahora te dedicas a la formación y consultoría en productividad personal. El cambio es radical. ¿Puedes comentarme qué te empujó a dar el salto? Estoy seguro que no se trata sólo de una de cuestión de atracción por el tema de la productividad, ¿cuáles son los pequeños cambios, los pequeños empujones que te han hecho llegar aquí?
Hasta aquel aviso, vivía prácticamente exhorto en mi vida profesional. Sólo hablaba de ladrillos, hormigones, peritaciones, atención al cliente, patologías, cálculos, etc. Mi mundo se reducía a eso. Para mí las palabras conciencia, responsabilidad, cambio, personas, transformación, posibilidades, elecciones, etc, no significaban nada, ya que los árboles no me dejaban ver el bosque. Es como cuando estás en contra del mundo porque crees que el mundo está en contra tuya, y aún así, disfrutaba de mi trabajo.
De nuevo, tuvo que ser un acontecimiento drástico el que marcara un nuevo cambio en mi vida. En 2010 se marchaba para siempre una de las personas, que sin saberlo, más apreciaba en mi vida, Gilberto. Su corazón se paró en una fría madrugada de diciembre cuando la vida entendió que él había cumplido el propósito que había venido a llevar a cabo. Aquella experiencia me marcó tanto que tomé dos decisiones importantes.
La primera de ellas fue que a partir de ese momento, el rumbo de mi vida estaría marcado únicamente por mis elecciones y sus consecuencias, y nunca por las decisiones impuestas de óforma externa, y la segunda que todo lo que hiciese tendría que tener un propósito claro y especial que me aportara sentido. Todo esto me llevó a iniciar un nuevo camino totalmente fuera de mi zona de comodidad. La lectura que me abrió la mente por completo fue la del libro «El principito se pone la corbata» de Borja Vilaseca, libro que me recomendó, al verme tan afligido el doctor Eduardo Rojas, todo un ejemplo de vocación y sentido.
Este otro punto de inflexión me llevó a comenzar a pensar fuera de la caja y a hacer cosas poco corrientes en mí. La mejora de la productividad fue haciendo mella en mi propio desarrollo llevándome a dar mis primeras charlas sobre mis experiencias productivas. Comencé a seguir a los grandes influencers en estos temas, y en 2011 me llevé una gran sorpresa cuando un nutrido grupo de estos reconocidos bloggers, entre los que estabas tú David, organizábais las primeras jornadas de GTD® en Barcelona, en la que precisamente nos conocimos.
Mi sorpresa fue doble. En primer lugar por el interés que despertó el evento a nivel nacional, lo cual hizo que me quedara sin plaza, y en segundo lugar mi primer contacto más personal con mi maestro y amigo José Miguel Bolívar. Al enterarse que me había quedado sin plaza, contactó conmigo de forma más personal, y amablemente me cedió una de las invitaciones que tenía a su disposición como ponente del evento. Ya os podréis imaginar la ilusión que me hizo. Así es que me cogí un avión un sábado por la mañana desde Málaga para ir a pasar un buen rato con los grandes maestros de la productividad y GTD® en España. Menudo subidón.
El viaje de vuelta recuerdo que fue muy movidito en cuanto a ideas saltando en mi cerebro de un hemisferio a otro, y que lógicamente, como no podía ser menos, fuí capturando ;-). Entre ellas estaba la posibilidad oculta de reorientar mi carrera profesional hacia algo con mucho más sentido. La consultoría.
Otro capítulo de este episodio de cambio es la transformación de un arquitecto en formador/consultor. ¿Cuál ha sido el camino recorrido hasta tu dedicación plena a tu nueva actividad?
Soy de los que piensan que cuando no eres capaz de hacer o conseguir algo es porque aún te faltan conocimientos o habilidades para poder hacerlo. La pregunta natural que me surgió en aquel momento fue la siguiente. ¿Qué es lo que aún no sé en este momento y qué me está impidiendo moverme? Obtuve muchas respuestas, así es que comencé a leer, ver conferencias TEDx, asistir a talleres de emprendedores y en general, a impregnarme durante el mayor tiempo posible de cosas diferentes que me llevaran a lugares diferentes.
Entre otros aprendizajes transversales, me formé como Coach en una de las escuelas más prestigiosas y antiguas del mundo, Success Unlimited Network® L.L.C. | SUN Alfonso Medina, uno de los 3 primeros Master Certified Coach MCC españoles reconocidos por la International Coach Federation | ICF y uno de los 7 Trainers Certificados en todo el mundo por SUN. Esta formación supuso un gran avance para mí, ya que me permitió tomar grandes decisiones y sobre todo ponerme en marcha. También me he formado como Practitioner en PNL con Giuseppe Meli, Trainer Internacional de PNL acreditado directamente por el Dr. Richard Bandler y Master Certified Coach | MCC.
Otro factor fundamental es el hecho de interactuar y relacionarse con personas diferentes a la de tu entorno. Por lo general, tu entorno más cercano es tendente a la protección y a la comodidad. En el momento que comencé a expandir mis relaciones personales a través de eventos de networking y redes sociales, fue cuando comencé a ver el camino más claro. Esto te permite conocer a personas diferentes, y es precisamente en las diferencias donde reside la riqueza. En este sentido, OPTIMA LAB, red productiva de la que soy nodo, está siendo toda una experiencia. Ocho personas diversas, con intereses comunes. Todo un espacio fértil para el desarrollo en red.
¿Qué habilidades son las necesarias para realizar tu actividad? ¿Qué papel juega el coaching en todo ello? ¿Qué nos aporta para conseguir el cambio que no nos pueda aportar un proceso formativo convencional o la consultoría?
Bueno, diría que en general son necesarias todas aquellas habilidades encaminadas a la mejora de la comunicación entre las personas. El conocimiento es la materia prima, pero si no se sabe comunicar no se puede hacer uso de él. En este sentido tanto el coaching como la PNL son básicamente herramientas de comunicación que te permiten desencadenar procesos de autodescubrimiento en las personas, y esto cambia de forma determinante la forma de hacer.
Como dice José Miguel Bolívar, hay dos formas de ver la formación, desde el «yo te formo» o desde el «yo te facilito que tú aprendes». En OPTIMA LAB estamos en la segunda forma de verlo. Creo firmemente que la mejor forma de aprender es haciendo, ya que las personas llevamos dentro todo aquello que necesitamos.
Eres consultor artesano, como José Miguel Bolívar, y estás integrado en REDCA red de consultores artesanos y en OPTIMA LAB. ¿Puedes comentarnos qué labor conjunta realizáis en cada una de ellas? ¿Por qué es tan importante el trabajo en red entre profesionales freelance?
REDCA es una red de consultores, que como dice en su web, entienden su trabajo como un oficio además de una forma de pasarlo bien llevándolo a cabo. En los encuentros esporádicos que se suelen hacer solemos compartir ideas sobre temas relacionados con la propia consultoría poniendo de manifiesto sencillamente nuestra forma de hacer.
Por otro lado podríamos decir que OPTIMA LAB es una red productiva que ayuda a personas y organizaciones a ser más efectivas para lograr sus resultados por medio del aprendizaje basado en la experiencia y nuevas metodologías centradas en las personas.
Trabajamos en red de forma descentralizada usando nuevas tecnologías que nos permiten permanecer conectados y por tanto desarrollar infinidad de proyectos sin la barrera de la presencia física. En nuestros encuentros presenciales, que suelen celebrarse de forma periódica, trabajamos en el desarrollo de ideas y conceptos, siempre desde la perspectiva artesana.
Para acabar la entrevista, tú eres uno de los grandes especialistas en planificación de proyectos, planificación natural.
¿Cuáles son los errores más comunes que cometemos? ¿Cómo consigues/conseguimos implantar la planificación natural frente a la planificación reactiva o la utilización de plannings de trabajo, como hemos hecho tradicionalmente?
El principal problema de la planificación de proyectos a día de hoy es la propia planificación de proyectos entendida tal y como se sigue entendiendo, y que consiste básicamente en jugar a ser adivino. Es un grave error usar técnicas del pasado para situaciones del presente. Hasta en un entorno “aparentemente controlado” como podría ser el de la edificación, la incertidumbre causa estragos. ¿Qué sentido tiene seguir haciendo lo mismo cuando realmente no consigues nada diferente? En mi última etapa profesional fui capaz de dirigir proyectos y acabarlos en plazo y coste, usando tan sólo el sentido común que en el trabajo del conocimiento se conoce como planificación adaptativa.
Por otro lado, otro gran error, es no establecer de forma clara cuál es el resultado que se pretende conseguir, y sobre todo el para qué quiero conseguirlo. Estos dos elementos suponen la definición de la línea de llegada y el combustible necesario para ser capaz de llegar a esa línea. Sin duda un tema apasionante sobre el que podríamos estar horas conversando.