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El fenómeno de las redes sociales ha combinado lo mejor de la tecnología y del comportamiento humano. La necesidad de comunicar, compartir y ampliar nuestra red de contactos se potencia a través de la inmediatez, la comunicación asíncrona y la accesibilidad para los no expertos en el uso de las TIC. Como siempre, existe un reverso tenebroso que saca lo peor de nosotros, esa parte que solo espera acomodarse ante su receptor de información sin ningún otro objetivo que matar el tiempo revisando nuestro timeline, o curiosear los perfiles de nuestros conocidos (o aquellos que no lo son).
Una reflexión sobre la web social, como controlar los recursos que le dedicamos y intentando obtener valor de su uso.
(Photo by Kexino under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives licence.)
Uso personal del 2.0
Predefinir el tiempo a dedicar a revisar tus perfiles de forma anticipada, controlando la sesión con algún tipo de alarma o avisador. Hay actividades que me absorben absolutamente y el tiempo me pasa volando. No es algo tan marcado cuando me dedico a repasar los inputs de mis redes, pero el hecho de contar con una alerta acústica me permite realizar un punto i aparte de forma clara, evitando el dispendio de minutos realizado cuando sólo me dedico a mirar de vez en cuando en reloj del ordenador.
Para evitar convertir esta actividad en un mal hábito evita conectarte durante uno o dos días a la semana. Esto te permitirá respirar y dedicarte a otras cosas, evitando convertir el hecho de estar dentro facebook o twitter en una especie de obsesión. Otro punto oscuro para evitar la obsesión 2.0 es no dejarse pegar por aplicaciones como Farmville: Que triste que es ver como un adulto al que has invitado a casa te pide conectarse desde tu ordenador porque tiene que recoger la cosecha.
Otro tema son los procesos de gamificación aplicados a redes como Foursquare u otros. Un sistema para obtener premios, hitos o badges según el uso que hacemos de una aplicación. Es una poderosa herramienta para crear hábitos, para guiar nuestro comportamiento dentro de la app. A la vez puede convertirse en un incentivo para su uso continuado.
La productividad personal me ha aportado el hábito de tomar distancia y observar ciertos comportamientos de forma aislada, lo que permite identificar situaciones de entusiasmo irracional como las descritas y poner en marcha una corrección. Poner sobre papel la periodicidad en que nos conectamos, el tiempo que se lo dedicamos a cada sesión, y hacer una previsión de lo que le dedicaremos a un mes vista tiene un efecto demoledor. En primer lugar piensas en todo lo que podrías hacer, o en el que has dejado de hacer, para dedicarte en exceso a estas actividades, y finalmente con el retorno nulo de cara a tus objetivos a medio plazo (aunque no tengas sabes que es una pérdida de tiempo). Resulta demoledor, en mi caso se acabó con borrón y cuenta nueva.
Entrar en nuevas redes sociales
Además de las opciones mayoritarias ya comentadas está hay nuevas propuestas que dan una nueva perspectiva al concepto ‘compartir’. El último xoc ha sido Pinterest, pero ¿vale la pena que lo probamos todo? Sinceramente creo que sí. En primer lugar para reservar nuestro nombre de usuario y mantener la uniformidad de nuestra marca personal, en segundo lugar para obtener una nueva vía de entrada de inputs. Si sigues a las mismas personas, o las utilizas para el mismo tipo de finalidad, es probable que obtengas los mismos resultados: Una vía para compartir y el mismo tipo de contenido.
Prueba el servicio y si no le encuentras una utilidad inmediata te puedes mantener como un perfil latente, sin configurar los datos personales de tu perfil – y tu foto – visibles para otros usuarios, utilizándolo para seguir usuarios y organizar el contenido que te ofrecen. Otra opción es encontrarle una funcionalidad diferente para la que fue concebida. En el caso de Pinterest por ejemplo, podemos crear paneles temáticos donde archivar los artículos, post o imágenes de los que hayamos de hacer uso. Otro ejemplo sería reproducir un sistema de listas para administrar nuestras lecturas, clasificarlas en próximas lecturas, Interesantes (sin prioridades para ser leídas algún día), relativas algún tema o proyecto… buscando siempre mantener un número racional y manejable.
El 2.0 está a nuestro alcance permanentemente gracias a los smartphones. En este tema si que tengo que sacar mi vena más radical: Si no los debes utilizar para tu trabajo, si no son imprescindibles para tu comunicación corporativa, o tienen un uso funcional específico, elimina-las del software del teléfono. A mí me resultaba imposible resistirme a hacer una revisión periódica a mis varios timelines. Un derroche de tiempo al clicar y un dispendio de energía al intentar controlarlo. No te invito a que evites el problema, sólo que en reduzcas la incidencia si ves que no puedes con él.
Buscar valor añadido
Para los que publicáis contenido más allá del estrictamente personal, ya sea para promocionar un negocio o servicio, porque editas un blog o para dar a conocer tu marca personal hay una dimensión de servicios que uso permitirá ser más eficiente en el uso de las redes, tanto para medir, como para automatizar procesos. Si aún no has iniciado tu aventura 2.0, o te das cuenta que no funciona te recomendaría que realizar una planificación natural para decidir lo que quieres. Marcado unos objetivos claros y alcanzables todo comenzará a aclararse.
En segundo lugar busca el medio para conseguir lo que quieres. Si realizas una lluvia de ideas para descubrir todo lo que tienes que tener en cuenta en tu estrategia social seguro que saldrá el tema de las herramientas y servicios a utilizar. Si no conoces este mundo define que quieres hacer y busca algo que se adapte a lo que quieres hacer, o empieza a probar aquellas herramientas más populares y mira como las puedes adaptar a tu rutina. La red está llena de contenido y tutoriales sobre el tema.
Para evitar frustración y el peligro del abandono, marca fases-proyectos y centrado en cada una de ellas hasta que las completes:
- Fase 1: Poner en marcha un blog.
- Fase 2: Presencia de tu marca personal en las redes más populares. Twitter y facebook a través de una cuenta corporativa y una fan page.
- Fase 3: Automatiza procesos como la publicación en las redes sociales, descubre Hootsuite.
- Fase 4: Networking. Buscar sitios web con quien colaborar, personas con intereses comunes.
…. y así hasta el infinito. En practica el ciclo de Planificar – Estructurar-Hacer
No quisiera que el post acabara derivando al socialmedia. Si os fijáis en todos los post que se alejan de la productividad como tema central, siempre se repiten unas pautas que ayuda a que nuestra actividad sea lo más asertiva posible, al mismo tiempo que nos prevenimos de los principales riesgos del entorno en el que nos movemos.
Seguro que muchos de vosotros uso habéis encontrado con algo similar. Entrar en el 2.0 y desaparecer durante horas como si del triángulo de las Bermudas se tratara. ¿Cómo corregiste este comportamiento? ¿Cuáles son los agujeros negros dentro de las redes sociales que te chupan más tiempo? ¿Cuál es la diferencia cuando use el medio social en la faceta personal y en la faceta profesional? Espero vuestros comentarios.