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Aquella asignatura repetitiva que uno se encuentra en el inicio de la carrera, o como parte de alguna asignatura que se curse en un módulo de desarrollo de software en su caso. Bucles y recorridos, este sería del contenido. Básico, monótono e incluso aburrido. Pues es el día a día de la gran mayoría de profesionales que se dedican al desarrollo en una pequeña y mediana empresa, tratamientos de negocio. Monotonía.
Atrás quedan la ingeniería de software, los análisis, las especificaciones, el diseño de la aplicación. Todo se centra y es carga en la implementación. Una implementación modular o orientada a objetos, es igual. Pero cuanto más simple es el código aplicado mejor. Menos dificultad de mantenimiento y menos coste en cuanto a tiempo de desarrollo.
Esta monotonía y simplicidad en la implementación, en el día a día, lleva a desaprovechar el potencial de los analistas programadores, y el potencial desaprovechado son capacidades que no se llegan a desarrollar, ni a consolidar. En consecuencia un plus de productividad por individuo y por la empresa que se pierde. La solución pasaría por dar más libertad de movimientos al desarrollador para que introduzca en su trabajo diario disciplinas analíticas adquiridas durante su etapa lectiva. Puede representar una pérdida de tiempo en cuanto a la implementación de las tareas, pero dinamizarán su trabajo, mejorarán la calidad del producto final y si la empresa lo sabe aprovechar, es capaz de incentivarlo y coordinarlo puede convertir el potencial en fuerza de trabajo.
