Os imagináis que GTD entrara en la escuela

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GTD en el sistema de educación

Somos muchos los que hemos vivido, alguna época de nuestra vida, por inercia. Día a día, sin pensar en el mañana y sin ser conscientes de nuestros deberes y responsabilidades. Muchos chicos no saben que hacen en la escuela, ni en el instituto, sabiendo que están ahí porque es donde les toca estar. Saben que lo dice la ley, sus padres, o que por edad les toca estudiar pero nada más. No saben para a que se están formando pese a ser conscientes que contar con una educación es importante para generar oportunidades de futuro, pero sin ser capaces de concretar una finalidad, las consecuencias concretas de su esfuerzo. ¿Te lo imaginas? Es muy duro persistir si no sabes qué propósito tiene todo.

Imagen de ajari (Japón) [CC-BY-2.0], via Wikimedia Commons

GTD es una herramienta para gamificar tu rutina, secuenciando tu actividad en acciones y proyectos, pequeñas metas que pueden ser vistas como un reto alcanzable para aquellos alumnos, que sin estar acostumbrados a un trabajo constante, tienen la capacidad intelectual para asimilar los conceptos del temario. La constancia y la repetición, abren el camino a crear hábitos de estudio y de trabajo.

Con un poco de continuidad puede pasarse de ver GTD como un juego algo más. Una forma de funcionar, de obtener resultados y dar sentido a nuestra actividad. Creo que el secreto para convertir la idea en realidad es conseguir que la persona se dé cuenta que los resultados obtenidos -la mejora – tiene correlación con las dosis diarias de esfuerzo en forma de acciones y proyectos.

Uno de los grandes obstáculos es la gestión del flujo. Conseguir hacer lo que se debe hacer en cada momento, no sólo en el contexto adecuado, más bien pensando en obtener foco para terminar la acción que tienes entre manos y no interrumpirla para navegar por la red, para empezar algo que te apetece más, o simplemente para dejar volar tu imaginación. El hecho de desglosar tareas en acciones puede ayudar a dar una mayor continuidad en un inicio, junto con el hábito de recopilar para enviar a nuestro inbox todo lo que se nos a la cabeza intensificará el ritmo y la productividad del estudio, acortando tiempo para realizar los deberes y las sesiones de estudio.

Productividad para estudiantes:  “Hacer lo necesario en menos tiempo, y ganar espacio para lo que deseas hacer en realidad”

Puedes pensar que para invitar a un adolescente a desviar todo su flujo de creatividad, materializado en cosas que para ti pueden ser nimiedades o distracciones sin sustancia a su inbox puede ser imposible. Continuado con la gamificación, el éxito puede estar en hacerle entrar en un modo GTD de trabajo, la creación de un entorno con unas normas de conducta ligeramente diferentes a las habituales, donde lo que impera es la utilización de los 5 pasos. Dedicar una hora al día a trabajar de esta forma, siendo lo ideal conseguirlo cuando se encuentra fuera de la escuela sin supervisión.

El punto final para una implantación horizontal del sistema es la creación del hábito de la revisión semanal. El ejercicio en sí nos ayuda a ser consciente del estado de nuestros asuntos, en un alumno puede prevenir el olvido de fechas señaladas y, como la entrega de trabajos o de exámenes,  y ayudar a preparar las cosas con tiempo evitando  el efecto último hora. El hecho de tener presentes lo que no ha ido bien durante la semana, lo que no se  ha finalizado, se ha demorado o lo que está por venir sin duda obligará a dedicar un mínimo tiempo de reflexión y  tomar decisiones. La idea sería realizarlo en clase, en horas de tutoría para compartirlo con el tutor, el orientador o el psicólogo de centro según el caso. Facilitaría el seguimiento del alumno, y el implicaría en sus deberes como estudiante.

Crear los automatismos de recopilar, procesar, organizar, revisar y hacer, haciendo que de forma consciente asigne tiempo y energía para llevar a cabo cada uno de los cinco de forma segmentada, puede ser el punto inicial para despegar, empezando a trabajar de verdad y conseguir cosas importantes.

El post está lleno de conjeturas y suposiciones, por ejemplo quien seduce al alumnado para utilizar GTD? Evidentemente es un trabajo en equipo entre profesores y tutor, él que en mi opinión les debería vender la idea. Si eres un buen estudiante dudo mucho que rechaces una forma de trabajar mejor, por lo demás puede explotarse la vena geek con los recursos que nos pueden aportar las técnicas de gamificación, o simplemente plantearlo como una forma para actuar y llevar la rutina de una forma diferente, en todo caso quien marco la diferencia para convencer y encontrar la clave para definir los puntos más desdibujados de esta implementación es el profesor, como siempre, pero el hecho de conocer a la persona y su realidad es lo que marca la diferencia, una vez más.

No entramos en los niveles de perspectiva y su idoneidad para marcarse retos de futuro. La verticalidad de GTD puede ayudar a marcarse retos en forma de de asignaturas superadas, cursos y metas a más largo plazo que requieran el aprendizaje y consolidación de habilidades que requieren formación fuera del sistema oficial. Queda pendiente para un próximo post, de todos modos puede recurre al blog Coaching para jóvenes de Paz Garde donde se toca el tema y se habla de GTD en esta área.

Hace muchos años que abandoné el sistema educativo pero me parece que no ha cambiado mucho en temas de autogestión y motivación, no quisiera ser injusto pero creo que la atención individualizada cada vez es más difícil y sistemas como GTD puede ayudar a responsabilizar de los sus asuntos a los jóvenes. El mundo cambia y si cada vez me formar gente más autónoma y autosuficiente que piensen más como un freelance que como un asalariado, GTD sin duda es una pieza importante del rompecabezas.

Sé que sois muchos los profesores que leéis el blog, ¿qué opináis? ¿Lo veis realmente factible? Dejad vuestro comentario o hacédmelo llegar a @davidtorne