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Tim Ferriss es el autor de la semana laboral de 4 horas, y otros libros que siguen esta línea experimental. El confidencial lo calificaba como un héroe del 2.0, no sé si llega tanto, pero él y su obra me han ayudado a dar un golpe de timón a mi actividad. Una cosa es hablar productividad personal, eficiencia o uso inteligente de nuestros recursos y otra es aplicarlo en un entorno real para mejorar nuestra vida. Más allá de la productividad habla del camino a seguir para crear un estilo de vida alejado del asalariado o emprendedor atado a su trabajo, tal vez no sea para ti, pero seguro puedes aprender algo.
Desde la lectura de su libro la semana laboral de 4 horas he querido dedicarle un post en condiciones. Espero poderos transmitir parte del mensaje contenido en su libros, y animaros a leerlo en caso que no lo hayáis hecho ya.
Imagen vía Scott Beale bajo licencia Creative Commons
Aprender a priorizar
Hace unas semanas escribía sobre cómo priorizar nuestras actividades durante el día. La primera bofetada encajada a través del libro la semana laboral de 4 horas, fue el abrirme los ojos ante la importancia de distinguir lo que representa cada acción, proyecto o asunto que tenemos entre manos, no sólo a nivel de carga de trabajo sino en cuanto a retorno. El 20% hecho representa el 80% del retorno obtenido. Una premisa que debería hacernos plantear cuánta energía dedicar el 80% de trabajo restante, sin rebajar la calidad de nuestro servicio o los acabados de nuestro producto, puede suponer una nueva forma de concebir el apoyo posventa prestado a los clientes que exigen mucho más de lo invertido.
Abandonando la faceta de productividad personal y trasladándola a lo profesional, Tim nos introduce el concepto del outsourcing: La contratación de un servicio externo para liberarnos de las tareas que no nos aportan valor. Con el ejemplo de un ayudante personal al que delegar tareas administrativas o de menor interés, invita a pensar en que es lo que crea valor en nuestro modelo de negocio, o entorno productivo para abrirnos a colaborar con terceros descargando nuestra rutina y focalizar en lo que importa. Quizá la subcontratación no sea la respuesta que necesitas, quizá debas fijarte en entornos o grupos de trabajo en red.
Abandonar la zona de confort
El segundo golpe de efecto llega con la idea de los retos anticomoditat. Partiendo del supuesto de que se vive instalado en una zona de confort de la que no se tiene necesidad de moverse para hacer frente a las obligaciones del día a día, puede resultar un impedimento para iniciar según qué tipo de aventuras personales o empresariales. Las incomodidades destiladas del contacto con los clientes, proveedores, o los nuevos deberes al cambiar del rol de asalariado a pequeño empresario – aunque sólo sea como actividad complementaria – pueden convertirse en factores que nos haga desistir de nuestros objetivos y planes de futuro más intrépidos. Los obstáculos suelen verse más como excusa que como reto.
Tim nos propone deshacernos de complejos a través de pequeños retos, a veces ridículos, como aguantar la mirada a nuestros interlocutores, o exponernos a la atención de nuestro entorno, vencemos la resistencia provocada por situaciones colocadas fuera de nuestro alcance, simplemente por no realizarlas habitualmente. En mi caso conseguí incorporar el concepto a mi rutina, dando pequeños pasos hacia situaciones que limitaban mi progresión. El hecho de asistir a sesiones de networking, reuniones de emprendedores u otros eventos, obligándome a intervenir o haciendo breves presentaciones, ayudaron a quitarme el temor a hablar en público, y abrirme a posiciones más proactivas.
Cambiar nuestra forma de priorizar y encontrar vías para salir de nuestra zona de confort capacitándonos para hacer frente a una situación de cambio continuo. Es una cuestión de valores, piensa en que es importante para ti y en si le dedicas tiempo o recursos para que esos proyectos se hagan realidad. Leer el libro me sirvió para aprender que significa aplicar la productividad en el día a día, y me abrió los ojos frente a la necesidad de buscar el cambio como forma de moldear mi estilo de vida, acercándolo a ‘lo que quiero’ más que a ‘lo que debo’.
Los que ayer veían Tim Ferriss como un freak si lo descubrieran ahora lo convertirían en un referente
Puede ser considerado un cantamañanas o un rey del autobombo, pero la verdad es que es uno de mis referentes. Los recursos que nos ofrece para progresar en lo personal y en lo profesional, su forma de difundir conocimiento, conduciéndolo hacia su gran número de seguidores o hablando de temas, hoy en día alejados del público en general como el metaaprenendizaje atraen la atención, el primer paso para triunfar en el 2.0…
¿Has leído la semana laboral de 4 horas? ¿O algún otro de sus libros? ¿Qué te ha aportado? Deja tu comentario o házmelo llegar a @davidtorne