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El segundo post dedicado almanaque de Naval Ravikant es la excusa de hablaros de un tema sobre el cual hace tiempo que pienso y escribo por mí en mi diario en papel: la busca de la felicidad.

No te asustes, te prometo que serán unas líneas breves y razonables sobre el tema. Nada de pensamiento mágico.

Muchas de sus reflexiones se alinean con las mías. Supongo que bebemos de las mismas fuentes a pesar de vivir en situaciones muy diferentes.

Te hablo de la felicidad como algo tangible, como una habilidad a desarrollar, como un sujeto a entender.

A pesar de vivir en el mundo de la razón y ser un materialista, dale una oportunidad al tema y hazme saber que te parece.

¿Qué es la felicidad?

La felicidad no es algo externo. Por mucho dinero y éxito que tengas puedes continuar sintiéndote desgraciado. La felicidad no la generan factores externos, no podemos controlar todo lo que intervienen en nuestra vida.

No puedes cambiar el mundo pero si tu respuesta a las situaciones en las que te ves inmerso. Es por eso que la felicidad ni se compra ni viene dada, es algo que una mismo genera y que puede aprenderse.

La felicidad es una elección i una habilidad que puedes aprender

Lo primero es definir que es la felicidad. Naval nos habla de la felicidad como un estado de neutralidad surgido cuando la mente deja de ir adelante y atrás en el tiempo. Dejando de lado la melancolía del pasado y la ansiedad por los asuntos del futuro.

La neutralidad es el estado por defecto de nuestra mente. Aquel en el que se encuentran los niños pequeños, que no han vivido el suficiente para tener un pasado ni piensan en el futuro, simplemente viven en el momento.

"La felicidad está estrechamente vinculada con el hecho de vivir en el momento presente" Clic para tuitear

La felicidad no es un sentimiento ni un estado permanente. Podemos estar tristes, enfadados, apáticos y volver al estado de neutralidad.

Una persona que ha «aprendido a ser feliz» volverá a este estado con una mayor facilidad. Dispondrá de recursos para darse cuenta que se encuentra en un estado «irregular», perjudicial, y será capaz de reconducir la situación.

Aceptar lo que no puedes cambiar

Ante una situación desagradable o problemática, dónde se generan emociones negativas, tenemos tres caminos posibles: Cambiarla, huir o aceptarla.

Si no te decantas por ninguno de las tres y continúas dándole vueltas, preocupándote,  quejándote, te hundes en la miseria. Sufres.

Desde este blog  siempre he hablado del poder de la acción como camino de cambio. El hecho de decidir cambiar o construir algo nos convierte en alguien diferente. Pasamos de ser de alguien que vive a remolque de las circunstancias a alguien que quiere e intenta cambiarlas.

Pero hay veces que uno no puede cambiar ciertas cosas. En su día me diagnosticaron un acufeno y después de visitar médicos y aprender sobre el tema he conseguido paliarlo pero todavía está aquí.

Me tocó aceptarlo y aprender a convivir con él.

«La felicidad, en gran parte viene de la aceptación, no de intentar cambiar las condiciones externas»

El hecho de aceptarlo te saca de encima aquel sentimiento de ser objeto de una injusticia. Calma tu rabia y desesperación. Hay circunstancias que no puedes cambiar pero quizás puedes mejorarlas  o aprender a convivir de una manera no nociva para ti.

Me tocó aceptarlo y aprender a convivir con un ruido constante al oído.

Consejos prácticos para vivir mejor

Ravikant habla de vivir el momento, tener un ego lo más pequeño posible y de evitar juzgar – los demás y uno mismo – como pilares para encontrar aquel estado de serenidad / neutralidad en el que reposa la felicidad.

Ego. No eres especial, no eres relevante y el mundo no te debe nada, ni mucho menos. Quitándonos de encima esta creencia. Al final, cuando tú, tus hijos y tus nietos hayan muerto nadie se acordará de ti.

Nada de lo que haces ni lo que eres juega un papel trascendente en el universo, lo que no quiere decir que no te merezcas respecto, por tanto las grandes perturbaciones en forma fracasos, decepciones, problemas, también tus éxitos, tienen una importancia relativa .

No te compares ni juzgues a los demás

Compararse es engañarse. A menudo es algo injusto y fuera de la realidad.

Los otros son personas que cuentan con unas condiciones y un entorno diferente a ti.

De igual manera comparar una situación con una similar del pasado puede ser contraproducente. Las condiciones cambian, no puedes pretender revivir la misma situación de nuevo de la misma manera, tal vez haces lo mismo pero nunca se repetirá lo que viviste. Ni en lo personal ni en lo profesional. Siempre hay algo que cambia.

De la misma forma el hecho de juzgar a los demás proyecta perjuicios – infundados – del grupo sobre la persona. Las ideas por pertenecer a un grupo o sólo por encontrar un detalle que no te gusta.

¿Por qué aprender o leer sobre la felicidad? Porque es necesario. Vivimos en una sociedad donde cada vez hay más oportunidad y bienestar, aun así la insatisfacción no para de crecer.

Una sociedad cada vez más compleja, donde el cambio se da a más velocidad y parece abocarnos al abismo. Tenemos que aprender a vivir, lo que siempre ha hecho el ser humano por sí mismo, pero ahora además necesitamos ayuda.

Necesitamos saber que tenemos que aprender a vivir para combatir la insatisfacción y encontrar la serenidad y encontrar un sentido que complemente al bienestar material. Todo esto para ganar plasticidad emocional para sobrevivir en el «nuevo mundo»

Lo más sorprendente y dramático de todo es que leyendo a Naval Ravikant, a los estoicos, a maestros Zen, o Yuval Noah Harari uno se da cuenta que la capacidad para obtener «la felicitad» la tenemos al alcance de la mano sin tan solo lo sospecharlo.

Termino recomendándote de nuevo la lectura del Almanaque de Naval Ravikant. En inglés, lo puedes comprar en Amazon por menos de dos euros o descargártelo de forma gratuita de esta web (clic aquí).