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Si tienes problemas para ponerte manos a la obra o para dedicar atención a aquellas tareas poco atractivas y especialmente tediosas, la técnica pomodoro te puede echar una mano. Una forma de dividir el trabajo y vencer los perjuicios que te empujan a procrastinar. Las siguientes líneas dan una visión general de un clásico de la productividad personal.
Dividimos nuestro tiempo en una franja de 25 minutos donde enfocamos en la tarea a realizar, seguido de un break de 5 minutos de descanso para despejarnos. Una vez finalizada iniciamos un nuevo periodo de trabajo de 25 minutos seguido de un nuevo descanso de 5 … así sucesivamente hasta terminar lo que tenemos en marcha. Configuramos un sistema de trabajo con períodos de máxima intensidad, intercalando pequeñas pausas para evitar que se nos fundan los plomos.
El objetivo es mantener la concentración en una o un conjunto de tareas. Para ello nos ayudamos de un cronómetro de cuenta atrás, en forma de reloj físico o de aplicación en marcha en nuestro ordenador o dispositivo. La presión ejercida por el temporizador descontando segundos y minutos nos empuja a centrar la atención en lo que tenemos entre manos. Es un buen sistema para sumergirse en el trabajo.
Cuándo y para qué utilizarlo
Utilizo poco la técnica pomodoro. Trabajando con un sistema de productividad bien definido que me proporciona orden y una forma pautada de cómo hacer las cosas, queda relegada a aquellos días difíciles en que no hay manera de arrancar, cómo cuando me tengo que ocupar de temas especialmente densos.
Personalmente dedico sesiones regulares a trabajar con la técnica pomodoro para liquidar las lecturas que recopilo por la red. A primera vista me parece todo muy interesante, pero 48 horas después no sé dónde ubicarlo en mi plan de trabajo. Otro rol es el de obligarme a hacer tareas con poco peso en mi actividad – administrativas – recopilar material de proyectos o probar nuevas aplicaciones. Hacerlo así me permite dedicarles la atención que se merecen, evitando un trato superficial.
Otro uso que les puedes dar, es el de válvula de escape para todas aquellas tareas repetitivas, monótonas o de mantenimiento, a menudo arrinconadas en tus listas de temas pendientes durante semanas porqués siempre encuentras algo más importante. Resérvate tiempo para hacerlas aplicando pomodoro. Con el tiempo reconocerás su duración y te será más fácil encajarlas en los bloques de 25 minutos.
Es una gran forma para entrenar la atención. Programar de forma regular sesiones con la técnica, nos ayuda a mejorar la concentración, convirtiendo el trabajo sin interrupciones – generadas por uno mismo – en algo habitual. Si funcionas correctamente con la presión de una cuenta atrás, ¿que impide convertirlo en un hábito?
Si trabajas con niños la técnica pomodoro puede convertirse en un facilitador para ayudarles a realizar sus tareas en casa. Vencer la procrastinización y aprender a dedicar tiempo a sus obligaciones, sentarse a realizar sus deberes y dedicar un tiempo diario a asimilar contenidos. Todo ello sujeto a una formación previa en el aula y a un seguimiento por parte del profesor.
Qué debo tener en cuenta
Antes de ponerte manos a la obra dedícate a organizar el trabajo a realizar. Una de las cosas que mata tu productividad es la indefinición. Si se trata de una tarea extensa divídela y realiza cada una de las partes ubicándolas en una de las franjas de trabajo. Si dura menos de 25 minutos, continuas con la siguiente. La clave es mantener el ritmo y no acomodarse ni dejar espacio para la dispersión.
Utilizar sistema para avanzar tu actividad de forma reiterada indica que algo falla. En el fondo hablamos de fuerza bruta. Sustituir una forma regulada de hacer las cosas por un método que nos obliga a tirar del carro, mantenemos una tensión que por ligera que sea se nos acabará girando en contra. Sigue siendo un complemento a tu sistema.
Para ser productivo necesitas continuidad, fluir, entrar en la zona… algo imposible si no dedicas más de 25 minutos seguidos a tus asuntos.
No puedo creer que después de casi cuatro años de blog no hubiéramos hablado de los pomodoros, todo un icono en el mundo de la productividad personal. Pues ya está, ahora te toca a ti. ¿Me quieres comentar qué papel juega la técnica en tu productividad? Espero tu comentario explicándome para que la utilizas.
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