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¿Qué me ha aportado este año en cuanto a mi productividad personal? Como dice el título del post ha sido un año de cambios de perspectiva. El salto de la productividad a la eficacia personal. Se ha culminado el salto en el criterio de valoración de lo que hago, dejando de utilizar el «hacer más» para asumir el «hacer las cosas correctas y hacerlas bien».
Haré un repaso de los giros más destacados, de cómo los he aplicado y porque considero que esto representa un paso a delante.
Planificar sólo lo imprescindible
Por una parte he abandonado los maratones de planificación. Realizar una planificación natural durante todo una mañana para definir un proyecto de cierta complejidad era una locura.
He pasado a definir la actividad imprescindible para ponerme en marcha lo antes posible e ir adaptándome a medida que avanza el proyecto. No hay replanificaciones ni frustración cuando veo que no acabaré todo lo que se preparó a priori.
Un sistema lo más ligero posible
Creo que como consecuencia de experimentar los beneficios del punto anterior he replanteado mi Getting Things Done. Conservando las pautas y la ortodoxia que marca el sistema he prescindido de costumbres que no me aportaban nada.
He empezado a desestimar un gran número de acciones vacías y he empezado a dar importancia al concepto siguiente acción en los proyectos. Baso mucho mi actividad en mi lista de proyectos, lo que me ayuda a empezar enseguida. (En este post explico cómo).
En unas semanas dedicaré un post detallando cómo trabaja el sistema.
Preocuparme menos
Cuando tenemos un problema nos preocupamos en exceso. Nos vuelve a la mente una y otra vez, ganando un protagonismo excesivo y generando un estrés innecesario.
Alivia entender que ahora no es el momento y que capturarlo, enviarlo a una bandeja de entrada para procesarlo cuando toque para definir los límites. Es una comprensión intelectual del problema pero una persona reactiva como yo con marcada tendencia a la preocupación necesitaba algo más.
Hay que alinear el pensar y el sentir para lograr una respuesta eficaz. La otra parte del problema era habituar la mente. Algo que no se puede llevar a cabo solo con la repetición y la fuerza de voluntad.
Gracias a la meditación he podido alinear ambos factor y dar una respuesta eficaz.
La productividad como media
Me he dado cuenta de que no dispongo del tiempo ni de las ganas de escribir como escribía antes. Se acabaron las colaboraciones y me dedico a mantener un calendario de publicación constante. Junto con mi newsletter mensual creo que ya hago bastante.
Al darme cuenta pensé que se trataba de una falta de compromiso con el blog pero no. Sin darme cuenta he llenado mi vida de otras actividades que me ayudan a sacarle más partido. Vivo más.
He dejado de escribir sobre cómo hacer cosas para pasar a hacer cosas, a experimentar, a disfrutar. Este es mi gran éxito, el mayor en los ya 6 años que escribo sobre mi proceso de aprendizaje sobre productividad personal.
No se trata de hacer actividad y ya está, no es sólo buscar tiempo de calidad. Tengo la sensación de que lo que estoy haciendo es lo que tengo que hacer, que me aporta algo más que la actividad en sí.
Para terminar, un apunte sobre el blog
Para cerrar el post mencionar que este año no publiqué el post celebración de cumpleaños. 6 años. Han cambiado cosas, tengo la sensación de captar menos la atención del lector, de dedicarme a temas menos prácticos y más de reflexión y esto no ayuda a captar la atención del lector.
Me satisface el contenido publicado y espero encontrar un equilibrio entre lo que yo quiero y lo que el lector necesita.