Feedback de calidad. Aprende a darlo y recibirlo

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Una crítica es un regalo pero a menudo la recibiremos como una agresión.

Una de las habilidades claves para aportar valor es saber dar y recibir feedback. Encajar la crítica y convertirla en un vehículo de mejora.

Una mala gestión del feedback puede convertirlo en algo contraproducente y agresivo que enrarece el ambiente dentro del equipo.

Renunciar, por la incomodidad que nos crea, es perder una oportunidad para construir algo mejor de que ya tenemos.

Lo que vas a leer a continuación son unos consejos para crear y consolidar este mecanismo de forma eficaz.

Cuando soy yo quien recibe feedback

«Cuando yo soy quien recibe el feedback me suelo encerrar en mí mismo. Me siento herido, no porque la otra persona lo haga de forma ofensiva, simplemente porque percibo cada error como un pequeño fracaso personal»

Recibir #feedback sin sentirse herido es una señal de madurez emocional Clic para tuitear

Una actitud abierta

Lo primero es darnos cuenta de cómo actuamos y de que sentimos cuando llega una crítica.

Yo me ponía a la defensiva me avergonzado por los comentarios. Asentía con cordialidad para acabar con la situación lo antes posible y evitaba comentar el problema con la otra persona.

Percibir la crítica como una agresión corta el ciclo de crecimiento generado por el #feedback Clic para tuitear

Pero cómo hacerlo? Pues con la práctica continuada. Para romper esta respuesta emocional actúa diferente. ¿Cómo? Dando las gracias al interlocutor.

Agradece el feedback

Da las gracias verbalmente o con un gesto. Hazlo sin pensar para romper la inhibición y el bloqueo.

«Gracias por el comentario» o una palmadita en el hombro te permitirá pasar a un nuevo nivel.

En este punto demuestra a la otra persona que te importa lo que comenta pidiéndole que te ponga un ejemplo para mejorar la situación o dándote aclaraciones sobre la misma:

"Tú como hubieras llevado la situación con este cliente?" 
"¿Qué aspecto del lenguaje utilizado en el mail no te parece adecuado?"

Recapitula y evalúa

Lo que ha empezado bien debe terminar bien. Enumera punto por punto lo que se ha comentado. El emisor te ayudará a complementarlo si se te pasa algo.

Posteriormente evalúa cuándo y cómo utilizarás sus propuestas para mejorar tu forma de proceder.

Siguiendo los pasos y con la repetición continuada acabaremos por cambiar la percepción que tenemos de la crítica. Ya no será una situación agresiva o desagradable, la percibiremos como una oportunidad de intercambio y enriquecimiento.

Te imaginas cómo puede cambiar tu entorno de trabajo aplicar unas sencillas pautas para canalizar el feedback y convertir la crítica en algo amigable?

Cuando soy yo quien da el feedback

«Me preguntas si yo doy feedback? No lo suelo hacer. Me resulta incómodo acercarme a los demás para decirles cómo deben hacer las cosas. No quiero correr el riesgo de incomodarlos y enrarecer nuestra relación»

El principal motivo para no dar #feedback es evitar el conflicto Clic para tuitear

Con humildad, empatía y honestidad

Lo primero y más importante es afrontar la situación con una actitud correcta. La intención debe ser la de ayudar a corregir y mejorar.

Para ello tenemos que ser honestos, con quien recibe el feedback pero también con nosotros mismos. No es el momento de reproches ni una oportunidad para colocarnos por encima del otro. Hablamos de igual a igual.

No culpabilizamos. Somos humanos y cometemos errores. Hoy ha sido mi compañero quien no ha estado acertado pero mañana seré yo y me gustaría que me lo hicieran saber con el mismo cuidado y respeto con el que procederé yo en este momento.

Acercarse a otro es tan intimidatorio como gratificante cuando finalmente se hace #feedback Clic para tuitear

Es una cuestión de verlo con los ojos de la otra persona. Si hemos estado en la misma situación, si he ocupado su rol, nos será más fácil. Si se trata de una situación de la que no tenemos referencias habrá que acercarse y preguntar para hacernos una idea más aproximada de lo que ocurre.

Cómo utilizar el lenguaje

Habla en primera persona. Hablar en tercera persona crea una distancia que despersonaliza la situación. Si quieres «llegar» a la otra persona hay que saber transmitir la honestidad de la que hablaba.

Reconoce los aspectos válidos de lo hecho y sugiere mejoras concretas. Comienza por describir lo que funciona y concreta que hay que cambiar para mejorarlo. Hacerlo reafirma la actitud constructiva de tu discurso.

Para dar forma a tu speech un último consejo. Sustituye la conjunción «pero» por «y». Ayuda a suavizar el mensaje eliminando el contrapunto negativo introducido por «pero»:

"Sigue enviando correos para compartir información pero hazlo pensando quien la 
recibirá antes de enviar"

"Sigue enviando correos para compartir información y hazlo pensando quien la recibirá 
antes de enviar"

Espera el momento adecuado

Encontrar el momento adecuado significa esperar a que se enfríe una situación conflictiva, que el receptor del feedback se encuentre suficientemente sereno para aceptar y asimilar los comentarios.

Quiere decir esperar a estar en un entorno adecuado para recibir comentarios que pueden hacer sentir incómodo o avergonzar a la persona cuando los recibe.  Mejor se lo digo cuando estemos a solas…

No tener en cuenta el momento en que se da el feedback anula su efecto positivo y sanador.

Photo by Dayne Topkin on Unsplash