Cómo acabar con un mal hábito

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Entras en cualquier sitio a tomar un café y te encuentras un montón de gente amorrada a su Smartphone haciendo cosas tan importantes cómo checkear por trigésimo segunda vez su correo, leer los tweets de esa mordaz twitstar o quemar las megas de su tarifa de datos revisando las imágenes de su timeline en Instagram…

No me entiendas mal querido lector, las redes y los dispositivos móviles nos enriquecen si las utilizamos como dios manda. Pero también nos cambian, nos empujan hacer las cosas de distinta manera, a cambiar hábitos, algunas veces para mal. Si tengo que escoger uno, escogería el checking continuado a los dispositivos.

«El checkeo continuado del correo electrónico y la redes es el ejemplo perfecto de cómo un mal hábito entra en nuestra vida sin que nos demos cuenta.»

Me parece el mejor de los ejemplos para contarle a alguien que es y cómo se crea un mal hábito:

  1. Sin barreras. Dispones de un dispositivo en la palma de tu mano que te abre una puerta a todo el mundo. Con un solo gesto lo sacas de tu bolsillo y ya estas online.
  2. Te incentiva. Puedes acceder a cosas nuevas y estimulantes a cada conexión. El incentivo que te empuja es esa recompensa inmediata que te sacia cognitivamente.
  3. Son acciones simples de repetición continuada. El proceso es simple, no requiere de esfuerzo y si te fijas acaba siendo cómo un acto reflejo. Sentarse y móvil en la mano.
  4. No se percibe como algo pernicioso. ¿Qué va a tener de malo? Es algo casual, que la persona decide hacer cuando para llenar un momento libre… La repetición continuada pasa de inadvertida a inevitable y en ese momento es cuando uno se da cuenta de que tiene un problema.

Nada más que un conjunto de pequeños cambios en repetición que se acaban convirtiendo en un comportamiento nocivo.

Cómo acabar con el mal hábito

En primer lugar tienes que darte cuenta de lo que está pasando. En el fondo lo sabes, miras a los demás y te parecen unos zombies pero es lo mismo que haces tú. Dilo en voz alta para empezar, compártelo con alguien con el que tengas cierta confianza y pídele que te explique cómo te ve. Recibe su feedback sin enfados, agradeciéndole su opinión ya que está te ayudará a aumentar tu determinación…

No lo plantees cómo una vuelta a lo que hacías antes, no es realista. Cuando eras una persona que compartía mesa con sus amigos sin quedarse pasmado ante su Smartphone quizá era por qué no había Smartphone o dispositivos con conexión de datos. Lo sé, es desolador. Plantéalo como una búsqueda de un nuevo equilibrio.

Crea barreras para usar tu dispositivo. Si vas a la vuelta de la esquina quizá no necesites llevarte el móvil, o mejor aún, cuando llegues a tu cita apágalo. Si te necesitan pueden enviarte un mensaje de texto o de voz. Prolongar esta posición te permitirá eliminar la necesidad, diluir el automatismo creado.

Empieza por algo pequeño. Estas situaciones empiezan por algo tan ridículo cómo usar el teléfono como despertador y al levantarte aprovechar su parada para consultar el correo. O asociar la parada de media mañana para tomar café con el momento para acceder a tus redes sociales. Cambia la situación para disociarlo, deja de utilizar tu móvil cómo despertador .

Otra forma de enfocarlo es hacer algo distinto con el dispositivo. En lugar de llevarte el móvil a la máquina de café, déjalo en el bolsillo interior de tu abrigo. Cuando llegue la hora de tu café mañanero y te surja esa necesidad de echar mano del aparato cógelo y muévelo a otro lugar. Es un gesto significativo, una afirmación de uno mismo: «Se que lo quiero pero no voy a permitir que me robe mi tiempo de descanso».

Deshabituarse es duro pero si consigues mantenerte consciente de lo que está sucediendo, de cómo te arrastra la necesidad de usar el móvil cada vez que esto suceda, y consigues  incorporar barreras físicas que te impidan acceder con facilidad al dispositivo encaminarás la disolución de este mal hábito.

Para ser sincero el hecho de acotar las situaciones donde utilizar el dispositivo a un servidor le han llevado a una nueva dimensión de tranquilidad. A veces al realizar el camino del cambio te encuentras estos regalos inesperados.

¿Crees que lo comentado en este post te puede ayudar a combatir otros malos hábitos? Si es así me gustaría que me lo comentaras.