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¿Cómo cambiar? ¿Cómo conseguir mis objetivos? ¿Cómo cambiar mis hábitos? ¿Cómo convertirme en una mejor versión de mí mismo? ¿Qué preguntas más potentes, verdad?

Ha caído en mis manos un libro que es un compendio de mecanismos para la mejora personal que sale de lo convencional. Está escrito por una científica del comportamiento y cada punto de lo que expone está contrastado de forma experimental.

El libro es «Cómo cambiar. La ciencia te ayuda a ser quien quieres ser» y la autora es Katy Milkman.

Este post es un extracto de los temas más destacados del libro. He omitido la parte dedicada a la creación de hábitos por la que ya se han publicado los mismos consejos en otros post.

Cómo cambiar. La ciencia te ayuda a ser quien quieres ser de Katy Milkman GeoPlaneta  ISBN-13: 978-8408246350 
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Cuando iniciar el cambio

Un momento ideal para iniciar un cambio es lo que se llama «un nuevo comienzo«. Uno de esos momentos donde tienes la sensación de estar frente a una hoja en blanco o de empezar de cero.

Son momentos de optimismo, donde vemos más factible empezar a andar hacia un objetivo o implantar nuevos hábitos. Cuanto más ambicioso sea el cambio más importante y más específico debe ser el «nuevo comienzo».

Escoger el momento

Estamos hablando de fechas señaladas en el calendario como fin de año o comienzo de curso, a menor escala el inicio de la semana. O eventos importantes en la vida de una persona como una mudanza, un cambio de trabajo, un altibajo en la vida como un accidente…

Una vez sabes lo que y el porqué – objetivo y propósito– lo más importante es el cuándo. Cuando iniciar el viaje hacia un nuevo hito o el cambio de hábitos que necesitas.

Encontrar este «nuevo comienzo» es un empujón. El momento ideal correcto para empezar.

Combatir la impulsividad

El sesgo del presente o la incapacidad para demorar la recompensa es uno de los grandes problemas para conseguir objetivos a largo plazo. Sustituimos actividades más convenientes por las más placenteras, procrastinamos y dejamos de lado lo importante.

Para superarlo debe incorporarse el disfrute en el trabajo hacia nuestro objetivo. Pero, ¿cómo hacerlo?

Agrupar actividades

Podemos agrupar actividades «virtuosas» y de «bajo valor» como ver netflix y planchar o escuchar podcast mientras haces ejercicio. Dedicas más tiempo a perseguir tus objetivos a cambio de algún pequeño placer para mejorar la experiencia.

Ludificación

Añadimos características de juegos al camino hacia la meta. Participar en una app para compartir tu entrenamiento diario/semanal con un grupo de amigos puede fomentar la competición y la mejora del rendimiento deportivo.

Crear el compromiso

La ludificación y la agrupación de actividades pueden ser adecuadas para ayudarnos a crear hábitos, pero ser demasiado suaves para ayudarnos a alcanzar objetivos más exigentes. ¿No puedes apilar actividades cuando tienes que trabajar de forma deliberada, verdad?

Mecanismos de compromiso

Los mecanismos de compromiso nos ayudan a alcanzar esos objetivos más exigentes. Podemos establecer compromisos suaves o duros.

Las promesas públicas son un mecanismo suave. Comprometerte ante tus compañeros a realizar un cambio te empuja a no abandonarlo aunque sea por no pasar vergüenza o quedar mal ante aquellos que respetas.

Si además del compromiso público nos comprometemos a pagar una multa si no cumplimos, estamos hablando de un mecanismo duro..

Los mecanismos suaves tienen mayor aceptación que los compromisos duros pero son menos eficaces.

Fraccionar el objetivo

Del mismo modo que las tareas grandes y tediosas son más sencillas de realizar si las fragmentamos en varias de más pequeñas, un objetivo sigue el mismo principio.

Si persigues una meta divídela en subobjetivos, en proyectos o en metas. Hará más llevadera su ejecución y te permitirá disfrutar de la recompensa de victorias parciales.

Si quieres implantar un hábito como el ahorro piensa en un ahorro diario en lugar de mensual lo hace más abordable y plausible.

Ser ingenuo o sofisticado

Sobreestimamos la capacidad para evitar la tentación con la fuerza de voluntad, en este sentido somos ingenuos. Al aplicar mecanismos de compromiso demostramos un mayor auto conocimiento y sofisticación.

Autoestima

Cuando pensamos en objetivos nos centramos en temas funcionales dejando a un lado asuntos colaterales igual de relevantes. Uno de ellos es cómo influye la autoestima en nuestra actividad.

La falta de autoestima puede impedirte progresar en tus objetivos, incluso impedirte fijar objetivos ambiciosos. Cómo mantenerla o aumentarla se convierte en algo importante.

El poder del consejo

De la misma forma que dar consejos a los demás, si no te los han pedido, puede minar su confianza, pedirlos puede aumentarla, aunque no sean doctos en la materia.

Una de las ventajas de ser el autor de un blog sobre eficacia personal es el empuje para seguir mis propios consejos. Si das un consejo te ayudará a seguirlo aunque sólo sea por no sentirte hipócrita.

Crear un club de consejos

Con un grupo de compañeros puedes crear un club de consejos. Un grupo de apoyo donde a través de los consejos de otros puedes aprender, mejorar y tener la oportunidad de aconsejar tú mismo, poniendo en práctica el mecanismo comentado.

Expectativas

Tus expectativas pueden cambiar la realidad. Proyectarlas sobre otra persona puede empujarla a realizar las acciones necesarias para obtener un resultado que no se hubiera planteado alcanzar. Rodeado de gente que emita las mismas señales positivas.

Concentrado en las experiencias que te enorgullecen. Te harán más resistente y mejorarán tu autoestima.

Seguro que algunos de estos consejos te son familiares. Como comentaba, la novedad del libro es la verificación del conocimiento a través de experimentos en el campo de la ciencia del comportamiento.

Espero que alguno de los consejos que nos da Katy sirva para mejorar tu camino hacia el cambio.

Photo by Ross Findon on Unsplash