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Imagen vía Joe Lanman bajo licencia Creative Commons
Hace tiempo que estoy inmerso en un proceso de reeducación. Intento cambiar ciertos aspectos de mi vida que me restan pegada. Todos tenemos pequeños vicios productivos que nos quitan tiempo de trabajo. Qué decir de esos 5 minutos de demora a la hora de levantarnos, o de ir a dormir, o aquellas conexiones furtivas a Internet en la oficina para dar un repaso al periódico. Poco a poco van asentándose en nuestro subconsciente y se van fijando en nuestro comportamiento. Cada vez nos cuesta más corregirlos, y lo que antes era una distracción ahora es un vicio.
Para tapar nuestras fracturas productivas, lo mejor es corregirlas gradualmente. Para ello os propongo un proceso de persistencia que nos ayudará a cambiar nuestro comportamiento errático siguiendo unos sencillos pasos. El ejemplo descrito a continuación versa sobre alguien que se conecta repetidamente a Internet en el trabajo:
- Nos preparamos un calendario, con una duración de 1 a 3 meses, donde iremos tachado cada uno de los días en que cumplimos nuestros objetivos.
- La primera semana nos propondremos dejar de visitar aquellas páginas que nos hacen perder más tiempo: Redes sociales o Foros de opinión.
- La segunda semana concentraremos todas nuestras conexiones en un momento concreto del día, dedicándole un máximo de 10 minutos.
- A partir de la tercera iremos restringiendo las conexiones semana tras semana hasta eliminarlas completamente.
Puede parecer muy sencillo, pero todos sabemos que la tentación está siempre presente. Un buen método para no caer en ellas es administrar nuestro tiempo mediante la técnica pomodoro, dividir nuestro tiempo en bloques productivos finalizados con pequeños descansos nos ayudará a focalizar y dejar de lado las distracciones.
Por último, insistir en la importancia de hacer la marca en el calendario de seguimiento. Hacerlo al final de la jornada nos hará tener presente nuestro esfuerzo por mejorar, lo que reforzará nuestro compromiso.