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Trabajar desde casa tiene muchas cosas buenas: tienes mucha libertad para escoger qué hacer, cuando hacerlo y cómo hacerlo. Poderse organizar según nuestras propias necesidades, sin depender tanto de otras personas, te puede ayudar a ser mucho más productivo y a disfrutar mucho más tanto de tu trabajo como de tu vida.
Sin embargo, trabajar desde casa requiere unos hábitos esenciales para poder ser productivos, ya que si no es así podemos acabar haciendo cosas que no deberíamos de hacer en ese momento. En ese sentido, son de vital importancia los siguientes tres hábitos.
El hábito de fijarse objetivos
Según mi experiencia, trabajar desde casa me permite hacer muchas, muchas cosas. El problema de esto, a veces, es que significa hacer cosas que realmente no están directamente alineadas con mis objetivos.
Cuando trabajas desde casa es imprescindible fijarse unos objetivos concretos. Unos objetivos que te permitan, en tu día a día, tener claro por qué motivo estás haciendo las cosas y qué es lo que quieres conseguir. En ese sentido, fijarte objetivos te permite mantener un buen nivel de motivación, ya que no trabajas por el simple hecho de trabajar, sino para conseguir algo que has decidido que quieres conseguir.
Por lo tanto, el hábito de fijarse objetivos es fundamental y, si usas GTD, es importante incorporarlo en tus revisiones periódicas. De forma mensual, por ejemplo, es importante comprobar que seguimos alineados con nuestros objetivos. De forma diaria, bajo mi punto de vista, es importante que comprobemos que estamos trabajando en la dirección adecuada, aunque sea poco a poco, pero en buena dirección. De esta forma, si nos desvíamos del camino, podremos resolverlo cuanto antes.
El hábito de fijarse un horario
Si tenemos claros nuestros objetivos y estamos siguiendo el camino en la dirección adecuada, el segundo hábito más importante si trabajamos desde casa es tener un horario más o menos estricto, una rutina diaria que nos permita ser regulares en nuestro trabajo.
En ese sentido, cuando llevas un tiempo trabajando desde casa vas viendo qué es lo que te funciona mejor. En mi caso, por ejemplo, lo que me viene mejor es empezar el día con todas las tareas que pueda ahcer sin ordenador. De esta forma, aprovecho para empezar con las llúvias de ideas, definición de proyectos, etc., y dejo para más adelante todo lo que sea trabajar con el ordenador.
Lo mejor de todo esto es que, cuando trabajas desde casa, este horario, esta rutina, solamente depende de nosotros mismos. Siendo así, podemos permitirnos romper esta rutina siempre que queramos: un día porque estamos cansados acabaremos antes, otro quizá querramos asistir a alguna conferencia y esa mañana no trabajaremos desde casa, o sencillamente por algún motivo tendremos que hacer algo en casa o fuera de casa y dejaremos de lado nuestra rutina habitual.
El hábito de salir de casa y hacer deporte
Si trabajas desde casa, te gusta estar en casa y no acostumbras a hacer muchas cosas fuera de casa, puede ser que te pasen los días sin darte cuenta y no salgas en ningún momento. Por lo tanto, el tercer hábito esencial es el de salir, tomar un poco el sol y el aire: quedarse encerrado en casa no es bueno para nadie.
Como todos sabéis, es bueno hacer deporte cada día, así que es importante como mínimo salir a pasear, hacer algo fuera o incluso salir a correr si os gusta. Además, salir de casa nos permite cambiar de contexto, algo que puede ayudarnos a desarrollar ideas, a reflexionar sobre algunos temas o dejar la mente en blanco tras un día entero de trabajo.
Eso sí, tengo que confesaros algo: este es el hábito que más me cuesta. Me encanta estar en casa y me encanta trabajar, o sea que a menudo dejo este hábito fuera de mi rutina. Es algo que constantemente estoy intentando redirigir para conseguir hacerlo, pero de vez en cuando dejo de hacerlo.
Tener una rutina para empezar y otra para acabar el día
Jeroen Sangers, de El Canasto, siempre recomienda tener dos rutinas imprescindibles: una para empezar el día, y otra para acabarlo. La rutina para empezar el día nos tiene que permitir empezar a trabajar de forma productiva, concentrados en lo que queremos conseguir. En cambio, la rutina para acabar el día nos tiene que permitir dejar el trabajo de lado de forma que podamos descansar sin estar pensando en cosas que nos puedan estresar.
En general, establecer buenas rutinas, cada persona las que necesite, es imprescindible para poder trabajar de forma productiva, y eso tiene un especial interés si trabajamos desde casa, dónde la cantidad de distracciones nos puede provocar que acabemos haciendo cosas que no deberíamos estar haciendo.