Dejarlo de lado todo para centrarte en una actividad de forma exclusiva. Iniciarla y finalizarla sin dejarla a medias, con la seguridad de que todo queda cerrado, sin ningún nada a concretar. Esto es atención de calidad.
Dividir tu foco, aceptar cortes en tu flujo de trabajo, incluso dar cabida a la multitarea… Tu atención es superficial y el resultado de tu trabajo irregular. Uno no se siente satisfecho.
En todas las disciplinas lo que importa son las bases. La atención de calidad es uno de los pilares de la productividad personal. Una vez entendido toca preguntarse ¿Cómo puedo cultivarla de forma eficaz?.