Desconectar

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Lo que me lleva a escribir el post es mi trabajo en una oficina ocho horas ante el ordenador, además de las que paso enchufado en casa dedicado a la formación o por mis aficiones computacionales. La persistencia ante la pantalla quema, aunque no nos demos cuenta. Por eso hoy me gustaría hablar de la desconexión, de tu ordenador y de tu rutina. En el post presento algunos consejos sobre cómo hacer un stop

En primer lugar, destacar la importancia de construir una vida offline. Encontrar un conjunto de actividades en que podamos disfrutar realizándolas. Si tenemos un trabajo donde la reflexión y el trabajo individual son una parte importante, deberíamos buscar actividades con un marcado carácter social, con grupo, con otra gente con la que interactuar. Salir de nuestro ámbito doméstico y laboral para obtener nuevas sensaciones en nuevos entornos.

Durante las horas de trabajo también necesitamos pequeños paréntesis. Antes de comenzar nuestra jornada laboral, después de identificar las tareas clave del día y de hacer una primera planificación, podemos decidir cuándo haremos las paradas. Si no podemos abandonar el puesto de trabajo podemos parar en el mismo lugar, distrayéndonos por un momento de nuestras obligaciones ya sea para tomar un café, para desayunar o para hablar un poco con los compañeros. Salir de la oficina – sólo 10 minutos – será un break más intenso de cara a recargar pilas, aclararnos la cabeza y renovar las fuerzas.

Una tercera vía son las desconexiones en casa. No todos los días nos podemos permitir salir o programar una actividad con amigos o conocidos. Si queremos distraernos, evadirnos, sin salir de casa nos reservaremos entre media y una hora para actividades con las que nos volquemos. Momentos en que centramos todas las nuestra atención en una tarea que nos hace olvidar los problemas del día. Una hora escuchando música, una paseo en un parque cerca de casa, leer, dedicar tiempo a nuestros hijos (si tenemos) etc … En definitiva, desprendernos de nuestras preocupaciones, aunque sólo sea por unos momentos, reservándonos tiempo para nosotros mismos.

Combinando las tres vías de escape mencionadas conseguiremos mejorar nuestro rendimiento en el trabajo, alejándonos de la desmotivación, aquella fatiga-aburrimiento crónico que aparece cuando hace tiempo que trabajamos en un mismo lugar. Podemos definirlo como actividades de mantenimiento. Nuestra mente continuará preparada para afrontar los problemas que se nos planteen de forma creativa, haciéndonos disfrutar de nuestro trabajo.

Nuestro trabajo puede ser interesante y estimulante. Quizás tenemos un grado de libertad en el trabajo que nos permite organizar las actividades y el día a día, o quizás estás en la otra punta de la calle, desmotivado y encasillado en un trabajo mecánico y sin perspectivas. Sea cual sea tu caso necesitas cerrar la sesión y desconectar.