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Adiós a la buena vida. Vuelve septiembre y tienes que volver a tu rutina. Aunque tu trabajo te guste, los primeros días pueden ser tediosos y por eso he querido escribir sobre cómo volver a subirse al carro, manteniendo la motivación y las ganas para dedicar tiempo a tus proyectos personales. Puedes aprovechar los siguientes puntos para cerrar el curso anterior, preparar el próximo y aclimatarte a las exigencias diarias con cierta suavidad.
- Revisar a fondo tu biblioteca de ideas, o crea una si todavía no dispones de ella. Si trabajas con GTD se trata de tu lista de Algún día / Tal vez. Revisarla te ayudará a repasar tus ilusiones y planes con la intención de hacer una puesta a punto eliminando todo lo que sobra, o rescatando algo motive para hacer más ligeras las primeras semanas.
- Puntear la lista de proyectos (activos y en espera). Decide que es lo siguiente que harás, envía sus primeros pasos a la lista próximas acciones para ponerlo en marcha. Si no te sientes preparado para volver al 100% rescata un proyecto en espera que sea más asumible y te apetezca.
- Fíjate un par de días offline. Uno entre semana y otro durante el fin de semana para dedicarte a hacer cosas sin estar frente a la pantalla de un ordenador. Conserva la costumbre de vivir desenchufado que has creado durante las vacaciones.
- Elige alguna actividad que te apetezca hacer fuera del trabajo para facilitar una puesta en marcha lo más agradable posible. Dar una vuelta después del trabajo, salir con los compañeros, volver al gimnasio … Mejor algo que ya hicieras, si es una nueva actividad puedes percibirlo como una nueva exigencia …
- Duerme las horas que hagan falta. El cambio de horario suele reducir las horas de sueño, un problema más que genera mal humor e irascibilidad. Al no poder levantarte tarde deberás renunciar a alargar el día con late-nights en la TV o similares.
- No abuses de sustancias estimulantes. Si estás cansado no abuses del café, del tabaco u otras sustancias. Una buena dieta y las horas de sueño necesarias y todo se irá regularizando.
- Ponte en marcha unos días antes de la vuelta. Piensa en lo que dejaste para terminar antes de las vacaciones. No te asustes, sólo se trata de sentarte ante tu cuaderno, escribir una lista con lo que tienes pendiente y sus siguientes acciones.
- Visualiza el primer día de trabajo. A remolque del punto anterior, piensa como harás tus primeras acciones. Que será lo primero que hagas sólo llegar? A quién llamarás? A que darás prioridad? Como distribuirás el tiempo durante tu primer día?
- ¿Qué te motiva a reengancharte? Aunque no te apasionen ciertos aspectos de tu trabajo y de la rutina habitual, seguro que hay pequeñas cosas que te gusta hacer, como aquel café con los compañeros, determinadas responsabilidades, un estado de ánimo en ciertos momentos, o sensaciones concretas. Si eres capaz de recordarlas y visualizarlas puede ayudarte a encender la llama de la motivación.
- Recuperar rituales. Cómo levantarse temprano, desayuno a primera hora, o el café al llegar a la oficina. En mi caso valoro profundamente el hecho de desayunar en la oficina con un café para llevar del bar de al lado.
- Focalizar la atención en lo que haces, no lo que piensas. Para los que trabajamos frente a una pantalla de ordenador todo el día, es sencillo llenar las micro-esperas con pensamientos sobre lo que hacemos y cómo nos sentimos, abriendo la puerta al pensamiento negativo. Si pasa y te das cuenta, centra la atención en lo que tienes alrededor, o deja escapar la mirada por la ventana poniendo la mente en blanco.
- Pomodoros para los momentos difíciles. Si el trabajo se te atraganta, utiliza la técnica pomodoro para hacer tus tareas dividiendo el tiempo en franjas de trabajo y pequeños descansos, fiscalizándolo con un temporizador en cuenta atrás.
- No olvides las pausas y los momentos de distensión. Intercala pequeños descansos al terminar cada una de las actividades. Si lo haces, durante los primeros días llegarás a casa más entero.
- Agárrate los principios productivos. Continúa trabajando con tu método de gestión del flujo de actividad (GTD, Autofocus …) vuelve coger el ritmo. Siguiendo el sistema, a las reglas, para no caer en la precipitación y en el error. Intenta seguir la pauta de primero lo importante y luego lo urgente.
- Al volver a casa, no mates el tiempo frente la tele o el ordenador, aunque tengas costumbre. Habla con tu pareja o compañeros de piso, haz alguna actividad domestica, juega con los niños.
Sentido común para ayudarte a aclimatarte al ritmo de trabajo – y de vida – que tienes habitualmente, también en recuperar tus proyectos personales intentando no colisionar con la rutina como si de un muro se tratara. Puedes llevarte una parte de lo que has vivido estas vacaciones en forma de hábitos de descanso y de cómo vivir el tiempo libre. Continúa reservándote tiempo para ti y tu familia, lejos de una pantalla o un dispositivo.
Puedes completar el artículo con este post escrito hace dos años que da otra visión sobre el tema de la reentrada después de un período de descanso.
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