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Se trata de una expresión que le leí a Robert Kiosaky – autor de padre rico, padre pobre– relativa a la necesidad que todos tenemos de dedicar tiempo a ocuparnos de crear y hacer crecer nuestras propias fuentes de ingresos. Puedes trabajar para otro, pero para prosperar y obtener una mayor libertad financiera no puedes dejar de trabajar en tu propio negocio.
Trasladamos este concepto al terreno de nuestra productividad personal, englobando temas personales y profesionales. Tú tienes que ser quien marque tus prioridades, que anteponga lo que es importante a la urgente, lo que viene de fuera. Más allá de la capacidad de priorizar, se trata de la perspectiva y el carácter para reconocer lo que es importante.
Imagen vía elod beregszaszi bajo licencia Creative Commons
Define tu leitmotiv
Lo que nos dirige, una finalidad, un propósito que nos mueve y da sentido a lo que hacemos más allá de la actividad diaria. Son palabras en mayúscula, algo que se me escapa. Cuando empecé a practicar GTD me sorprendió el concepto de situarnos a un nivel de perspectiva a 15.000 metros, una metáfora para describir nuestro propósito en la vida y los valores que nos acompañan.
Bueno, siempre me ha parecido algo surrealista plantarse delante de un papel en blanco y redactar las pautas o el propósito que nos mueve en la vida. Tengo 34 años y no soy capaz, puedo esbozarlo, puedo describir el conjunto de valores que rigen mis acciones, pero al de dibujar el punto hacia donde me dirijo todo es mucho más tenue. Puedo contarte que quiero hacer, como quiero que sea, pero no con un nivel de concreción que podemos conseguir hablando de un objetivo a un año vista, o de una visión de futuro a 5 años.
La cuestión es asumir este leitmotive como tu propio negocio, aquello a lo que deberías (deberíamos) dedicar tiempo y capacidad de trabajo para hacerlo realidad. Ya sean proyectos en el terreno empresarial o personal, si dedicas tus recursos a trabajar para terceros, a hacer tareas que no te acercan a él, te estás alejando. Si piensas que ponerlo en espera durante una temporada y retomarlo después representa un punto y aparte que te permite continuar donde lo dejaste, te equivocas. El tiempo perdido no se recupera, al dejarlo escapar reduces los recursos que le dedicas, pones un punto y aparte en tu motivación, dejas tu sueño en segundo plano… De verdad crees que con el poco tiempo del que disponemos puedes dejar de lado tu negocio
Tu flow también es tu negocio
El anterior párrafo pretendía explicar el que, pero me falta el cómo. No basta con marcarse un hito a un nivel tan elevado, y crear un plan que integre una visión a 5 años, objetivos y la actividad para empezar a hacerla realidad. Lo primordial es creérselo, estar convencido, crear un compromiso que te empuje a avanzar. ¿Cuántas veces has querido conseguir algo y lo has dejado a medias por el tiempo o el esfuerza que requería? ¿O simplemente porque se demoraba demasiado?
Para evitarlo te propongo empezar a pequeña escala. Mientras perfiles tu leitmotive considera la gestión de tu flow de actividad como tu propio negocio. El objetivo es gestionar con la máxima eficiencia tus asuntos para conseguir hacer más, dedicando menos recursos. No tienes que trabajar más, encargarte de más cosas, simplemente hacer más en las ocho horas que dediques al trabajo, hacer más en el tiempo que dediques a tus asuntos personales, o darle la vuelta y hacer lo mismo en un tiempo menor. Los objetivos son tres:
- Crear compromiso a nivel micro. A través de las habilidades de gestión que nos proveen metodologías como GTD, podemos desarrollar los hábitos necesarios para obtener el control en el nivel más bajo de nuestra actividad. Un primer paso en nuestro plan estratégico.
- Nos tomemos en serio a nosotros mismos. El hecho de gestionar con rigor nuestros asuntos hace que empecemos a distinguir que es lo realmente importante para nosotros. Resulta más difícil dejarse pisar por la imposición de terceras personas, sus peticiones no son prioritarias por el simple hecho de querer quedar bien o del qué dirán.
- Nos preparamos para el que vendrá. Si haces más en el mismo tiempo, o si haces lo mismo en menos tiempo, estás creando un agujero para asumir una nueva carga de actividad, nuevos proyectos, la capacidad para generar nuevas oportunidades. Estás creando un agujero en tu jornada para poder trabajar en tu negocio, en tu propósito.
Ya sea tiempo para ampliar tu formación, tu red de contactos, tus experiencias, trabajar en tus propios proyectos… el hecho de reservar una parte de tu jornada-tiempo o esfuerzo-se hace indispensable para perseverar. Una vez dispongas de método, hábitos y compromiso tendrás una infraestructura para pensar en grande.
Seas freelance, empresario o asalariado debes ocuparte de tu negocio, preocupándote de descubrir que mejorar, cambiar, aprender para desarrollar el concepto que estás persiguiendo. No sólo eso, también a revisarlo periódicamente, para saber si los cambios y la interacción han hecho variar el plan, para mejorarlo o dándote una perspectiva que no tenías hasta ese momento. Cuántas cosas no cambia la experiencia. Tareas que pueden ocuparte a lo largo de una vida, todo forma parte de nuestro propio negocio, los asuntos a llevar a cabo más allá de 5 ó 10 años vista.
¿Te has planteado nunca tu propósito, Tu leitmotive? No es necesario que me presentes tu plan, sólo que me hables de tu propio negocio. ¿Como lo defines? ¿Cuándo supiste que era lo que buscabas? ¿Qué te ayuda a reforzar tu convicción para no dejarlo de lado? Déjame tu comentario, o enviármelo a @davidtorne