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Sensación de abandono. Es posible que sea fruto de un punto de vista obsesivo, pero tengo la sensación de que en ciertos aspectos nos hemos abandonado a la facilidad de llenar el tiempo con la tecnología . Entretenimiento inmediato, distracción barata pero poco a poco letal. El hecho de no contrarrestarlo quizá venga dado por ciertas carencias provocadas por un hueco en no saber qué y cómo afrontar aspectos de nuestra actividad, o del diseño de la misma a largo plazo. Nos encontramos en un nuevo territorio donde todavía hay que establecer, nuevas formas de hacer con las costumbres de siempre.
Es la incapacidad de estar centrado en una sola cosa, sobre todo si esta cosa es no hacer nada. Cuando estás en situaciones sociales tienes el smartphone en la mano y twitter cargado listo para disparar, mientras paseas piensas en instagram deteniéndote en el lugar menos insospechado para hacer una buena foto que no puedes dejar escapar. No es una herramienta ni un hábito, es una nueva zona de interés en tu vida, enriquecedora si la incorporas con acierto pero invasiva si sustituye actividades siempre importantes, si entra en tu ocio y lo quema, o te obliga a pasar más tiempo ante la pantalla.
No es dispersión es la necesidad de hacer algo más. No porque tengas que hacerlo, sino porque puedes hacerlo. Estar en un restaurante o tomando un café en el trabajo, mientras introduces tus gastos en la app descargada la noche anterior . Pierdes la situación y el momento .
Incapaz de desconectar el ordenador de la red cuando trabajas, cayendo en la trampa de la consulta rápida al periódico deportivo o en el checking delcorreo electrónico. La infiltración de escapadas virtuales diluye la densidad del trabajo, esponjando su calidad y duración. Vale la pena prolongar la jornada para vivir de una forma aparentemente más relajada , pero no es el caso . Pequeñas infiltraciones para deshacer el foco y negar el compromiso con tus responsabilidades. Te vas a casa con esa sensación de no haberlo dado todo, de levantar el pie en el acelerador.
No sólo una escapada a la web, el hecho de centrarte de forma continuada en el trabajo sin percibir la necesidad de parar e ir a dar un paseo por aclararte. ¿Tanto tiempo puedes mantener la atención en lo que haces ? No lo dudo , pero te fatiga en exceso. Ya sé que es natural pero sin intermedio – ni pausa – acabas sin ser operativo al final de la jornada , das pie a la escapada virtual o te quedas frente al ordenador como un alma en pena para cumplir con la cuota de horas que te toca (si , tú el freelance también) .
Pero lo que importa es estar ocupado . Estoy ocupado , soy importante , marco la diferencia … sin dirección ni propósito. Ocupamos nuestro tiempo con actividades varias por fútiles que sean, ya no queda tiempo para sentarse y leer , para dedicarse a pensar en cómo va todo, o sólo para ver pasear a la gente por la calle . No te has parado lo suficiente a pensar en que dedicas el tiempo, tal vez si en qué, pero no en el porqué. Tu perspectiva se reduce a tres semanas vista , eres como un conductor de bus metropolitano, atrapado siempre en el mismo recorrido sin variaciones ni grandes sobresaltos . Cuando se crea un vacío lo llenas sin sopesar si esta carga te corresponde. Te has convertido en un autómata .
Hay un cambio . Más allá de la tecnología se rediseñan las personas y su forma de actuar. Todo más rápido y más cerca, el mundo a dos clics de distancia. Las adiciones de matriz tecnológica y la infoxicación ya están en el orden del día. Es un cambio cultural donde no sólo hay que preocuparse de hacer , sino de elegir que hacer. ¿Cómo podemos dejar de consumir nuestro tiempo como si se tratara de un sándwich salido de un vending ?
El cambio es una constante más de tu vida, si te empeñas en negarlo acabarás convirtiendo los facilitadores en fricción y obsesión. Vivir la novedad tecnológica sin ansiedad, como algo presente y oportuno sin convertirlo en invasivo, es allí y lo puedes utilizar en cualquier momento . La ansiedad por la posesión y para estar a la última nos conduce a una dinámica peligrosa , sino culminamos las expectativas: decepción y vacío . Mantengámonos en lo que sabemos que funciona y digiramos con calma posibles nuevas adquisiciones .
Es tiempo de nuevas normas de etiqueta . Abandonar el gadget si se debe asistir a reuniones sociales , centrar el foco en la persona que tienes delante . Baja la vista para revisar el timeline es de cobardes , sigue en guardia y mantén viva la conversación. La prioridad es atender lo que es real , perfiles y notificaciones para momentos de menor vuelo.
Trabaja en tu infraestructura de objetivos y propósitos. Tiempo de reflexión y diseño para crear una jerarquía de metas generando prioridades claras y escogidas con convicción. En el momento de dejar entrar nuevas tareas, asuntos o dar respuesta a peticiones a la comunidad que te rodea, saber hacia dónde vas te permitirá cerrar la puerta con facilidad y con una menor incomodidad a todo lo que resulta adicional o innecesario .
Para acabar toca educarnos en la autogestión y la organización para alejarnos de la interrupción a través de la aplicación del método . Ganar foco y coherencia abandonando la tarea múltiple , tanto en el trabajo como en casa, no estar en más de un sitio a la vez es el secreto para hacer y terminar, no sólo para mantenernos ocupados . La primera línea de perspectiva es donde se empieza a marcar la diferencia .
Termino con un punto optimista. Seguimos siendo los mismos , la tecnología y su uso cambia hábitos, pero nuestra capacidad de adaptación e integración de lo nuevo nos empuja y nos mejora. De la misma manera que se redefinen procesos , lo harán las formas de relacionarse con la actividad, con el trabajo y el ocio . Reaprenderemos a relacionarnos con nuestro entorno con eficiencia, mantener nuevos equilibrios . Crearemos una nueva cultura.
Imagen vía Ben Harrington bajo licencia Creative Commons